LOS POLÍTICOS ESTÁN HECHOS DE OTRA PASTA

May 27, 2015 fenomenosocial Directores de FS, Opinión, Política, Política Nacional 0

➡ Vanesa Navarro Boza | Opinión | Mayo 2015

<<¿Merecemos los españoles que nos
estafen? Un pueblo que elige a sus verdugos
no es víctima sino cómplice…>>

En el capítulo 2 de la sexta temporada de “House”, el personaje de Cameron discute con Foreman sobre si es ético que un ciclista al que admiran cientos de personas y cobra millones de dólares, se dope para conseguir mejores resultados en sus carreras. Foreman tajante responde: Quien quiera que piense que hay que pagar a un tío por lanzar la pelota muy lejos o pedalear muy deprisa se merece que lo estafen.
A menos de un mes de las elecciones, la pregunta obligada es: ¿merecemos los españoles que nos estafen? Un pueblo que elige a sus verdugos no es víctima sino cómplice. Los españoles sabemos (no sospechamos, sabemos) que quienes están ahora mismo sentados en los sillones de mando nos han mentido y nos han robado descaradamente, sabemos que han utilizado el dinero que nos obligan a ganar con el sudor de nuestra frente para amasar su fortuna personal y para aparentar ante los de fuera ser lo que no somos, porque en palabras de Rita Barberá, no vamos a hacer “cutreces” Cosa que no es criticable, siempre que lo haga con su dinero, no con el dinero de un pueblo que está matándose a trabajar para no llegar a fin de mes. Sabemos que sus programas electorales son papeles mojados que nadie lee ni tiene intención de leer (para más inri, nos regocijamos de ser un país en el que nadie lee y pedimos a los que escriben que utilicen mensajes más cortos y directos en lugar de confiar en que el que lee cada vez será capaz de entender mensajes más complejos).

para más inri, nos regocijamos de ser un país en el que nadie lee y pedimos a los que escriben que utilicen mensajes más cortos y directos en lugar de confiar en que el que lee cada vez será capaz de entender mensajes más complejos

Partidos que están ahora mismo gobernando en sus municipios (no en la cómoda oposición, sino en el gobierno) se atreven a decir a sus ciudadanos que no pueden dejar de pensar en las cifras del paro y que saben cómo solucionarlo. Entonces, ¿por qué no lo hacen? ¿qué clase de mente retorcida y absurda es capaz de tener la solución a un problema que destroza la vida de sus vecinos y no la comparte? Y lejos de pensar que se trata de una estrategia política – que habrá algún despistado que se lo crea – lo que evidencia el mensaje es que para ellos esto no es más que un juego. Un juego en el que siempre ganan, porque aunque parezca que pierden, para ellos solo es cuestión de tiempo volver a ganar.

Pero ahora el juego ha cambiado, o eso parece. El tablero y las normas son las mismas, pero ahora hay más personas dispuestas a jugar y a repartirse un pastel que en el mejor de los casos, sigue teniendo el mismo tamaño. Las formaciones de siempre, mantienen el tipo impertérritas viendo cómo les lavan la cara sin mostrar el más mínimo signo de vergüenza o pudor; y las nuevas (porque tenemos que pensar que son nuevas, y no el resultado de la impaciencia por esperar un cargo que nunca llegaba) intentan convencer a los ciudadanos de que el cambio es posible y que este es el momento.

El 8 de Mayo comienza la campaña (la oficial) y el 24 es la cita con las urnas. Lo más probable es que el panorama no cambie mucho, distintas caras pero las mismas estructuras. Y aunque parece irremediable que los españoles caigamos en el timo de la estampita una y otra vez, me agarro a la esperanza de que al menos no caigamos con el mismo trilero. La pregunta que deberíamos hacer a los que se han dedicado a la política, a los que se dedican y a los que se dedicarán es: ¿por qué creen que tienen derecho a vivir mejor que los demás? Y que conste que la política, bien entendida, junto con la educación, es de los oficios más nobles que deberían existir. Porque si la política fuera transparente, nadie en su sano juicio se lanzaría voluntariamente a una labor que se entiende sacrificada, extenuante, poco agradecida y expuesta las 24 horas del día al escarnio público. Entonces, ¿por qué hay tanta gente deseosa de hacer ese sacrificio? Porque los políticos están hechos de otra pasta, concretamente de la nuestra.