FECHA septiembre 16th, 2018 1:49 PM
Nov 27, 2015 fenomenosocial Colaboradores, Economía, Opinión 0
⇒ Iván Ramírez Ortega | Economista | Colaborador |Septiembre 2015
> Recientes encuestas sitúan a España como el país con mayor desigualdad de la eurozona.
Paralelamente otros informes, avalados por ciertos medios de comunicación, señalan que lo peor de la crisis ya ha pasado, entrando en una etapa de recuperación. Si diésemos por válido el segundo y débil argumento de un nuevo ciclo económico, ¿ cuál ha sido la factura social resultante como consecuencia de más de un lustro de recortes?, ¿ en qué estado se han quedado las clases medias, o lo que queda de ellas, para reactivar el consumo? ¿ Cuál ha sido el precio de salir del agujero de la crisis, suponiendo que hemos salido de ella….? Ante tales interrogantes, si mal no recuerdo empezamos el año con casi un 100% de deuda pública, ¿ a qué se debe tanto optimismo….? ¿ han influido las últimas elecciones autonómicas, en la percepción del estado de la sociedad, o es tan sólo el astuto y manío recurso de maquillar y distorsionar la información con el objetivo de parapetarse en el poder..? De momento, lo que no son cuentas podrían desembocar en cuentos; y por consiguiente, seguimos desgraciadamente en números rojos, y la desigualdad será un escenario del que costará mucho salir.
> Socialmente hablando, siempre han habido pobres y ricos.
Lamentablemente estos extremos sociales, siempre han sido una constante en todas las economías del mundo a lo largo de la Historia. El problema reside en que dicha brecha social, entre ambas capas, perjudique seriamente al crecimiento económico, como ha venido sucediendo en los países con frágiles instrumentos de control y de justicia redistributiva. El caso de América latina es una referencia muy significativa de lo que supone disparidades económico-sociales tan abultadas entre sus individuos. Países como Venezuela, Bolivia, Perú, entre otros, vieron como décadas pasadas sus niveles de analfabetismo, estancamiento moral y criminalidad se enquistaban y perjudicaban seriamente su pegamento social. Los desequilibrios tan injustos y abultados eran permitidos por gobiernos títeres al servicio de los más ricos como avalistas del poder ciego e ininterrumpido. Hasta que no estallaron gobiernos redistributivos denominados “populistas”, sensibles con las causas más desfavorecidas, no se pudo recuperar la senda del crecimiento ni favorecer la ansiada equidad redistributiva. Aunque no parece que esa situación suficiente para el desarrollo; aun así, no dar cobertura a lo más necesitados, fomenta una inseguridad social conducente a escaladas de violencia incontrolada. Y este síntoma se ha instalado en muchas partes del mundo y, en especial, en ciertas zonas de Europa.
> En España, la crisis agrandó la brecha salarial y con ello el repunte de beneficios económicos de una élite empresarial compuesta por consejeros y directivos en torno a las empresas del ibex 35. En el año 2013, el salario medio de los individuos mejor pagados suponía 75 veces el gasto medio por empleado de esas mismas compañías; en 2014, ascendió hasta 104, lo que viene significando un aumento del 10%, con respecto al año anterior. Dicho desbarajuste fue totalmente criticado por la ONG, Intermón Oxfam, la cual aseguró que España era: «el segundo país más desigual de Europa, tan solo por detrás de Letonia». También ha señalado que España cuenta con el sistema fiscal «menos efectivo» para reducir el problema. De dicho estudio, se lleva a la conclusión de que 1% de la población española concentra más riqueza que el 70% más pobre. También se extrae del mismo análisis, que «las políticas actuales refuerzan esta concentración de riqueza en manos de unos pocos».
> La magnitud de la crisis, por un lado, y las sorprendentes tasas de paro acentúan los agravios comparativos que distintos sectores de la población tienen que soportar con mayor dureza fiscal y disminución de la cobertura social. Europa, en su conjunto, ha fracasado en la gestión de la crisis desde un principio, y no parece que quiera resarcirse de sus errores. No querer reconocer el triste desenlace de sus políticas, ni aplicar soluciones solidarias ante los acontecimientos tan dramáticos que viven muchos ciudadanos miembros de la comunidad, muestra la otra cara del poder que pone en entredicho hasta la mismísima sostenibilidad del euro. Está claro que Alemania, quiere ante todo recuperar sus ahorros a toda costa, mandato que cumplen a pies juntillas los miembros de La Troika como una misión “divina” y prioritaria sobre todo las demás, puede que el caso de Grecia no quede como un hecho aislado, sino que sea el comienzo de un serio agrietamiento con serios avisos de tambalear los cimientos con los que fueron construidos los pilares económicos de la Unión Europea.
> Para finalizar, me gustaría resaltar las agresivas opiniones de Joseph Sitigliz, premio nobel de economía, sobre las medidas de austeridad aplicadas en Europa. El grandísimo economista no duda ni un instante en señalar con el dedo al verdadero responsable de este desaguisado: Alemania. Y lo resume de la siguiente manera: «La Unión Europea no está rescatando a Grecia, sino a los bancos alemanes». Con tal impactante aseveración, Stiglithz tumba por completo el recetario de austeridad impuesto al país heleno. A su vez, resalta las duras exigencias y obligaciones de pago en detrimento de su Economía del Biesnestar y los servicios públicos. Por tanto, haría bien España en seguir las indicaciones del ilustre profesor, no cayendo en las trampas de la desigualdad y de su daño al largo plazo, así como al de la cohesión social.
Nov 27, 2015 0
Oct 10, 2015 0
Ago 27, 2015 0
Ago 27, 2015 0
Ene 27, 2016 0
Nov 28, 2015 0
Nov 28, 2015 0
Nov 21, 2015 0
Ruta Valleseco-Arucas en bici
Ruta Barranco de Guiniguada en bici