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MEDICALIZANDO LA VIDA…

Jun 01, 2015 fenomenosocial Salud, Salud orgánica 0

➡ Dr. D. Pedro Martín Pérez|Agüimes|Marzo2015

>> Las benzodiacepinas son la tercera sustancia psicoactiva más consumida en Canarias, después del alcohol y el tabaco

Según la encuesta EDADES las benzodiacepinas son la tercera sustancia psicoactiva más consumida en Canarias, después del alcohol y el tabaco. Se destaca que alguna vez en la vida, al menos el 23,9% de la población ha consumido hipnosedantes y el 4,8 % de la población canaria los consume diariamente. Su consumo es más frecuente en mujeres en el tramo de edad entre 55 y 64 años. La edad de inicio entre los canarios se sitúa en los 34,6 años similar a la media de España. Desde octubre de 2012 a septiembre de 2013 según los datos de prescripción y dispensación en Canarias el porcentaje de pacientes que consume diariamente hipnosedantes es de 5,9% (124498 personas) con respecto a la población total. De ese total, el 32,62% son mujeres de edades comprendidas entre los 45 y 60 años. En total, 40616 mujeres de entre 45 y 60 años consume diariamente estos fármacos prescritos por el sistema público. El número total puede ser mayor, ya que no se incluyen las cifras de prescripción de fármacos hipnosedantes de las consultas privadas. Por el contrario, este aumento manifiesto del consumo no se corresponde con la percepción de riesgo, ni con las demandas de tratamiento en las Unidades de Atención a las Drogodependencias. En 2012, sólo 205 personas solicitaron asistencia médica por dependencia a este tipo de sustancias.

> Pero ¿Por qué está ocurriendo?

Lo que está pasando es que estamos «medicalizando la vida cotidiana», poniendo «etiquetas de enfermedad» a comportamientos o acontecimientos que no son más que aspectos que integran el carácter o la forma de ser de las personas o bien se trata de desagradables o no deseables reacciones ante situaciones vitales, como conflictos laborales, familiares, escolares o duelos, experiencias que van ineludiblemente unidas al hecho de ser persona.
Es decir medicalizar es la tendencia a incluir dentro del ámbito sanitario situaciones que hasta este momento estaban fuera de dicho terreno. La sociedad ha “obligado” al entorno médico a buscar las soluciones a problemas característicos de nuestra realidad subjetiva y/o social. La ofuscación por una salud perfecta se ha convertido en un factor nocivo, de tal forma que «una persona sana es solamente un enfermo sin identificar». Estamos asistiendo a la generación de una dependencia de la medicina que imposibilita a las personas para cuidarse a sí mismas y una disminución de la tolerancia al sufrimiento y al malestar.

> Algunas formas de medicalización podrían describirse como invención de enfermedades. Se pueden presentar distintas variantes:

1. percibir problemas naturales de la vida como problemas médicos;

2. percibir problemas personales y sociales como problemas médico; sobredimensionar la frecuencia de síntomas;

3. sobredimensionar la gravedad de síntomas leves;

4. traducir el riesgo en enfermedad: el riesgo epidemiológico, la asociación estadística entre un factor de riesgo y una enfermedad, se convierte en cuasi enfermedad, o en causa necesaria y suficiente de la misma;

5. traducir la presencia de factores genéticos en enfermedad.

Fomentar un espíritu crítico resulta crucial por parte de todos nosotros. Es necesario una transformación que nos haga cambiar los maltrechos valores que nos están llevando a un sin sentido en este terreno, debemos re-educar en salud, en justipreciar la verdadera importancia de los hábitos de vida saludable entre los que también hay que incluir el aprendizaje inteligente de las emociones y así ejercitarnos en las diferentes situaciones o dificultades que las vida irremediablemente nos va ir poniendo a lo largo del recorrido.
Que adecuado en este artículo recordar esta frase de Aldous Huxley: