FECHA septiembre 16th, 2018 1:49 PM
May 30, 2015 fenomenosocial El humorónico 0
Sucede que años atrás cuando una persona quería aparcar su coche sólo tenía que fijarse que el bordillo no estuviese pintado de amarillo. Incluso si lo estaba pero no había vado era libre la interpretación de la persona que llevaba el coche sobre si aparcaba o no. Años después decidieron que la ciudad lucía triste con sus calles grises y con el único toque de color de los bordillos amarillos por lo que comenzaron a pintar las zonas de aparcamiento de azul. Ya teníamos dos colores, el amarillo y el azul, parecía hecho a medida para Canarias.La cosa no acabó ahí.
Un buen día descubrieron que si mezclaban la pintura amarilla que les había sobrado y que no les aportaba ningún beneficio (salvo alguna multa ocasional), con la azul, que se amortizaba sola; tendrían un nuevo color para adornar nuestras calles. Obviamente toda la ciudad no puede ser azul, el descaro sería máximo, pero ¿cómo hacer para que la ciudadanía aceptase aumentar el número de aparcamientos de pago? La respuesta es sencilla: divide y vencerás. Se les dice a los vecinos de la zona que ellos pagarán menos por aparcar en zona verde, ellos se sienten privilegiados por pagar menos donde antes aparcaban gratis y todos a soltar dinero. Miedo me da pensar que algún día decidan desempolvar sus viejos cuadernos del colegio y descubran que la paleta de colores es más extensa.
Ene 27, 2016 0
Dic 17, 2015 0
Nov 28, 2015 0
Sep 23, 2015 0
Sep 03, 2015 0
Ruta Valleseco-Arucas en bici
Ruta Barranco de Guiniguada en bici